Aunque hay muchos centros, asociaciones y fundaciones que disponen de trabajadores sociales para trabajar la diversidad funcional muchas veces no está tan claro y muchas entidades no disponen de trabajadores sociales para trabajar la diversidad funcional. Quizá todavía prima esa idea incorrecta e incompleta de que una persona con diversidad funcional debe ponerse en manos de médicos y otros terapeutas especializados porque ellos son los únicos capaces de sacar todo su potencial. Sin embargo el papel de un trabajador social es muchas veces fundamental para la acogida y el seguimiento de las familias y el contexto de personas con diversidad funcional. El trabajador social cumple funciones muy importantes como por ejemplo:
- Hacer una primera valoración de necesidades de la familia.
- Diseñar una intervención específica para la familia.
- Derivar a otros recursos si fuera necesario.
- Gestionar recursos y ayudas económicas en caso de que las necesiten y estén disponibles.
- Informar sobre lo que se hace en la entidad.
- Aclarar las expectativas sobre el equipo de trabajo.
- Aclarar las expectativas sobre la diversidad funcional.
El trabajador social puede ayudar a las familias a entender que pueden esperar realmente de una persona con diversidad funcional que, en algunos casos, pueden desconocer o tener una idea equivocada.
La diversidad funcional es un campo muy amplio y por supuesto también lo es la labor de los profesionales de la acción social que muchas veces juegan un papel fundamental en la intervención.
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